Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

sábado, 26 de febrero de 2011

LA LUZ EN EL MUSEO HUACAS DE MOCHE


“La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz. Nuestros ojos están hechos para ver las formas bajo la luz: Las sombras y los claros revelan las formas. Los cubos, los conos, las esferas, los cilindros o las pirámides son las grandes formas primarias que la luz revela bien; la imagen de ellas es clara y tangible, sin ambigüedad. Por esta razón son formas bellas, las más bellas. Todo el mundo está de acuerdo con esto: el niño, el salvaje y el metafísico. Es la condición esencial de las artes plásticas".
Le Corbusier

Cuando se nos apareció por primera vez el edificio del Museo de las Huacas de Moche, no pude evitar de recordar la manera en que uno de los maestros de la arquitectura moderna definió a la misma.
La volumetría exterior, en ese “juego sabio correcto y magnífico”, nos fue preparando, para la entrada al nuevo edificio, evocador respetuoso de antiguas pirámides.
Contrastando con la abundante luminosidad exterior, en el interior predominaban las sombras y solo se destacaban los elementos de exhibición con luces direccionales que los resaltaban, creando, además, un acertado efecto escenográfico.
El clima de recogimiento invitaba a la observación y al comentario en voz baja, para no incomodar al resto de los visitantes. (Los sonidos rebotaban fácilmente, gracias al predominio de materiales reflejantes).
Terminada de ver la primera sala, un amplio corredor, opuesto al acceso principal, nos invitaba con su mayor claridad a continuar el recorrido en esa dirección. Durante el trayecto por este espacio de transición, siempre nos acompañó, por la derecha, una entrada asimétrica de luz cenital exterior, acentuando la direccionalidad casi procesional, hacia la segunda sala de exposición, generando nuevas expectativas.
Esta experiencia descripta de los espacios interiores, fue manifestada sin ningún tipo de disimulo, en la geometría exterior, resaltada con diferencias cromáticas y sin abandonar nunca una tranquila conversación con el entorno.



*El Museo se encuentra dentro de un complejo arqueológico dentro del valle del río Moche, frente a dos pirámides escalonadas construidas con adobe, que merecen otro capítulo. Dicho complejo se ubica a escasos 8 km al sudoeste de la ciudad de Trujillo (Perú)
http://trujillodiwebnoticias.blogspot.com/2011/01/entregaron-obra-fisica-del-museo-huacas.html

sábado, 12 de febrero de 2011

"HORROR VACUI" EN LA LIMA GENTIL

Me bajé del recién inaugurado Metropolitano (autobús articulado que circula por carriles fijos) de Lima y doblé a la derecha por el Jirón de la Unión, camino a la Plaza de Armas. La ciudad vieja hervía de gente en esta calle peatonal llena de tiendas y actividad comercial.
A escasos cien pasos de bullicio surgió la primera sorpresa: Nuestra Señora de la Merced.
Con gran respeto el edificio que enfrenta a la iglesia se retira para no competir y permitir una mayor perspectiva a la mirada del viandante asombrado.
Fachada sin igual, pensé.
-Acá quiero una foto, pedí.-
Sin duda a José de Churriguera le bastaron sus seguidores para que su influencia alcanzara el Nuevo Mundo en reinterpretaciones locales, sin abandonar su Castilla natal.
No me alcanzó esta oportunidad y tuve que volver varias veces a plantarme con emoción para observar el conjunto, los detalles, el trabajo sobre la piedra que se ablanda ante el artista.
Cuando creí que la fachada era suficiente, ingresé al templo y su interior me deslumbró con una competencia de retablos que superaba cualquier expectativa.
El convento de La Merced no es la única construcción en Lima con este característico barroco dieciochesco, también recomiendo acercarse a la iglesia de San Agustín, a pocas cuadras de distancia.