Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

domingo, 20 de mayo de 2018

BASILICA DEL ESPIRITU SANTO IGLESIA DE GUADALUPE


Paraguay 3901
Arq. Juan Beckert SVD
1907

La Basílica del Espíritu Santo fue proyectada y dirigida por el sacerdote y arquitecto alemán Juan Beckert a pedido de su superior y fundador de la orden del Verbo Divino, el holandés, hoy santo, Arnoldo Jansenn, quien había intuido que "Buenos Aires algún día sería una gran ciudad, y que debía contar con un templo que estuviera a su nivel". La ubicación del edificio es privilegiada y estratégica. Allí confluyen seis calles y de esta manera, es posible reconocerlo desde distintas perspectivas. El proyectista recurrió al estilo otoniano (s X-XI), predecesor del románico, para resolver una planta con forma de cruz latina, con nave central, dos laterales y transepto. Es característico de este estilo el uso de la planta basilical romana y tres ábsides. Hay galerías o tribunas con profusión de arcos de medio punto, así como alternancia en los soportes (pilares y columnas) según el modelo renano. Sobre la galería las lumbreras permiten la iluminación interior. Hay una evocación a las construcciones del pueblo de Steyn, donde nació la congregación.
El templo desde el exterior expresa con claridad la organización interior. Sobre el crucero hay una linterna ornamental, que coincide, en el interior, con un orificio que debería dejar pasar la luz natural. Los vitrales provocan una explosión de luz.
Tiene tres accesos, el principal ocurre por la esquina, aprovechando la vereda como atrio, para lograr un máximo aprovechamiento de la parcela. Cuatro escalones elevan la iglesia para darle jerarquía. Una pequeña porción de atrio, bajo el portal abocinado con su correspondiente tímpano, precede al reducido nártex, espacio de transición que prepara el clima interior de gran dramatismo, creado gracias a la escenografía adecuada y a los contrates de luz y sombra.
Las dos torres que flanquean el acceso principal nacen con una planta hexagonal que al sobrepasar la cubierta, mediante el hábil uso de gabletes, logra la transición a la planta circular de los campanarios, formados por una sucesión de columnitas esbeltas, que culminan en chapiteles de color azul que apuntan al cielo. Estas torres dominan el conjunto, con su altura que las hace visibles a la distancia. Dos de las caras hexagonales de cada una de ellas, sostienen esferas de reloj con números romanos, llegando a un total de cuatro.