Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

domingo, 5 de abril de 2020

MERCADO MUNICIPAL LAS HERAS



Pasaje Monseñor Zaspe Esq. Salguero y Cabello

1880?

El Pasaje Monseñor Zaspe, anteriormente llamado El Lazo y antiguamente conocido como La Rinconada, no es exactamente un pasaje sino una calle sin salida, que se introduce en la manzana a manera de continuación de la calle Jerónimo Salguero. Esta penetración circulatoria deforma la manzana, conformando una península que es una parcela ocupada en su totalidad por un edificio de planta casi rectangular de 40 x 16 metros aproximadamente, cuyo eje mayor se alinea paralelamente a Salguero. Para alcanzar la esquina, el volumen edilicio se desprende de las aristas y se suaviza acompañando la curva de la vereda, por un lado y reconstruyendo la simetría, por el otro.
El sistema constructivo es el típico, en esa época, para la ejecución de mercados. Una estructura metálica remachada, de planta abierta sosteniendo una cubierta liviana para proteger la actividad propia del mercado que es el intercambio comercial. La cubierta a cuatro aguas tiene una claraboya alargada, en coincidencia con la cumbrera, que permite la ventilación y la iluminación cenital. Sin canaletas, todo su perímetro tiene una cenefa decorativa de cinc. En su interior el cielorraso superior es un machihembrado de madera pintada, que acompaña la geometría y las pendientes de la cubierta, dejando a la vista la estructura sustentante.
Tiene un entrepiso que ocupa la totalidad de la planta en la mitad de su altura.
Este sector de Palermo era de casas con no más de dos plantas, en la parte baja de Palermo, cercana a la barranca donde estaba la penitenciaría que hoy es la plaza Las Heras. Se dice que era una zona marginal frecuentado por personajes de dudosa moral.
Un rincón evocador de una ciudad que supo combinar el pasado con un cambio constante hacia un futuro desconocido.
En más de un siglo la zona se fue transformando y el edificio del antiguo mercado fue albergando diferentes actividades, conservando su estructura y su morfología. Habla bien del proyecto esta flexibilidad o capacidad para adaptarse a los cambios.
La actividad comercial se transformó atomizándose en diversos locales perimetrales con frente vidriado. Si bien los paños de vidrio resolvieron la seguridad y la climatización, conservando la integración y continuidad visual original entre el interior y el exterior, la mayor parte de ellos fueron pintados o cubiertos, desvirtuando su esencia que es la transparencia. Hoy la esquina se percibe como un volumen cerrado y desintegrado de la vida barrial.