Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

jueves, 10 de septiembre de 2020

EL TEMPLETE ¿UN PORTAL A OTRA DIMENSIÓN?

 


“…con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.”

J. L. Borges, Las ruinas circulares.

Parque Tres de Febrero
Circa 1917

Si bien los pequeños templos tienen raíces históricas muy antiguas y las construcciones circulares pertenecen a los orígenes de la arquitectura, su aparición, en los jardines del siglo XVIII, es una característica del paisajismo romántico inglés, oponiéndose a la rigidez francesa imperante con los Borbones. Aquí en BA hicimos como María Antonieta en los jardines del Petit Trianon.

Con siete metros de altura, en soledad y ubicado en una elevación del terreno para dominar el sector, jugando un papel protagónico, en la escena que se desarrolla en ese rincón de la Plaza Intendente Seeber. Su perímetro virtual deja ver un interior vacío en el que no hay deidad alguna, avisándonos, de esta manera, que su función es estrictamente decorativa. Si bien parece haber sido construido solamente para ser visto, su geometría sugerente invita irresistiblemente a atravesar el límite circular mágico que dibujan las columnas y una vez que nos dejamos conducir al interior, entonces, todo cambia. Miramos en derredor y el espacio nos atrapa sutilmente, haciéndonos creer que el círculo que pisamos es el centro de todo el contexto que nos rodea.
          Ocho columnas corintias delimitan el perímetro sobre una plataforma circular de siete metros de diámetro, elevada sobre el terreno por cuatro escalones de unos 10 cm de alzada y pedada generosa de 40cm. Sobre las hojas de acanto del capitel descansa un entablamento curvo con cornisa, sosteniendo un tambor que ostenta ocho mascarones de leones, en coincidencia con las columnas, para culminar en una bóveda rebajada que simula bloques en su cara inferior. El solado interior es de baldosas calcáreas cuadradas de quince centímetros de lado con cuidado diseño geométrico cuatricolor.
        Lamentablemente la falta de mantenimiento que hoy ostenta, le va a permitir alcanzar el aspecto de ruina clásica como las que mostraban los jardines del romanticismo, en los que la naturaleza invadía las construcciones creciendo entre los despojos de la cultura.

domingo, 2 de agosto de 2020

EL PLANETARIO, UN MISTERIOSO PROYECTO EXTRATERRESTRE

Av. Sarmiento y Belisario Roldán

Arq.  Enrique Jan

1966

El 20 de junio de 1867 sonó el silbato, en la sede del Buenos Aires Cricket Club, dando asi por iniciado el primer partido de fútbol (“Association Football” en aquellos tiempos) que se jugaba en la Argentina. Curiosamente, en ese mismo predio, cien años después (13 de junio de 1967) comenzaba la primera función del primer planetario construido en el país, sin saberse que la noche del 26 de abril de 1997 vendría Ray Bradbury allí a cenar.

En la Plaza Benjamín Apthorp Gould, allí donde confluyen la Avenida General Sarmiento (ex De las Palmeras) y Belisario Roldán, dentro del Parque Tres de Febrero, en el barrio de Palermo, se construyó el Planetario Galileo Galilei, con la finalidad de promulgar la divulgación de la ciencia astronómica a través de espectáculos didácticos.

Su lectura tiene distintos niveles de comprensión, como sucede con toda obra bien lograda. Es una construcción compleja, muy elaborada, con un gran poder de síntesis, capaz de activar la fantasía y con una relación muy contrastante con el entorno. Cualquiera que se plante ante ella no necesita un cartel que le explique de qué se trata. La forma incluye el texto y el mensaje es claro. Se entiende que lo que allí adentro sucede no tiene que ver con la tierra sino con el cielo. Nos hace creer, además, que no hay esfuerzos ni anclajes. Simula que está de paso, descansando momentáneamente, apoyada con levedad antes de continuar el viaje. La estructura sustentante visible es un casquete esférico triangular de hormigón armado martelinado, cuyas tres patas simulan menor espesor gracias a un artilugio con el que se manejó el encofrado. Para reforzar esa idea, el terreno se hunde por debajo y contiene un espejo de agua hexagonal de 47m de diámetro.

El edificio consta de cinco niveles, con cinco escaleras perimetrales y una central helicoidal, que se eleva, en sentido antihorario, rodeando un ascensor hidráulico, que circula dentro de un cilindro de cristal. El nivel superior contiene la sala de proyecciones, espacio que le da sentido al edificio y se conforma como una sala circular de 20 metros de diámetro, cubierta por una cúpula semiesférica que se expresa en el exterior sin ocultar su función, con otra cúpula separada de la anterior, creando un espacio técnico. La cúpula interior es de placas perforadas de aluminio pintado de blanco y sirve de pantalla. La exterior, con tambor disimulado, es una lámina de hormigón armado de 23 m de diámetro y 8cm de espesor, revestida con placas premoldeadas, que se exhiben como una grilla enrejadas superficial.

En el mismo nivel, sobresale un anillo perimetral, totalmente vidriado al exterior, que funciona como pasillo distribuidor, permitiendo acceder a la sala de proyecciones atravesando seis puertas equidistantes.

La única entrada es a través de un puente que hace las veces de introito al viaje que iniciará el visitante que deja atrás lo conocido. El primer piso es un área de exposición de planta triangular.

Hay dos subsuelos que contienen una biblioteca especializada, oficinas administrativas, sanitarios, un depósito, la sala de máquinas y el departamento de producción audiovisual.

Se utilizó para el proyecto una trama modular triangular de 60cm de lado que sirvió para ordenar todas las partes del edificio.

Con gran libertad expresiva, el enigmático Arq. Enrique Jan proyectó un edificio único, sin antecedentes en el país, casi al mismo tiempo en que el Arq. Eero Sarinen terminaba la terminal aérea TWA en Nueva York. El enigma radica en que lo único que se sabe de este profesional es que trabajaba en la Municipalidad de Buenos Aires y no se le conoce ninguna otra obra.


jueves, 23 de julio de 2020

EL TAMBITO: BUENA LECHE Y MEJOR TANGO EN LOS BOSQUES DE PALERMO


Av. Berro y Av. Sarmiento (Alt. Av. Figueroa Alcorta 3860) Parque tres de febrero
1874
En los Bosques de Palermo, dentro de la Plaza Sicilia y a orillas del lago Victoria Ocampo, hay un ex reducto tanguero conocido como El Tambito, que permanece impúdicamente abandonado desde 2005, cual condenado que espera su lento final en exhibición pública. Paradójicamente se encuentra dentro de un área de protección histórica.
Se puede suponer que fue construido a partir del proyecto que hizo el Ing. Wysocki en 1874 a instancias del presidente Sarmiento, para el Parque 3 de febrero inaugurado en 1875. Existe un convenio (1877) de arrendamiento del Sr. Vicente Casares con la Comisión del Parque 3 de Febrero, en el que se menciona su existencia como kiosco, dentro de un terreno de 40 varas de frente al este sobre la avenida de las Palmeras (Av. Sarmiento) y 40 varas de fondo sobre el camino de los Carruajes (Av. Berro), para el expendio de leche al pie de la vaca. Sin abandonar esta actividad diurna, por la noche fue refugio de tangueros trasnochados, lugar de duelos y trifulcas, y escenario para lucimiento de orquestas y cantantes de la entonces ascendente música ciudadana. A fines del XIX y comienzos del XX, intérpretes, orquestas y parroquianos recorrían el circuito que pasaba por El Tambito, lo de Hansen ubicado frente al Planetario y por El Velódromo, detrás de aquél.
Se trata de una construcción ejecutada sobre una plataforma, de mampostería revocada y con solado de mosaicos graníticos, que la separa unos 120 cm del terreno natural, indudablemente por razones funcionales, dado que se encuentra en una zona de prevención de riesgo hídrico.
El acceso principal fue previsto desde el bosque, con orientación SO, por la fachada que mira al lago, opuesta al ex Camino de los Carruajes, consiguiendo mayor intimidad.
Una escalinata de unos tres metros de ancho, de mármol blanco de Carrara, invita a subir ocho escalones para alcanzar el nivel de la galería que abraza parcialmente al edificio. Este espacio semicubierto precede al vestíbulo interior, al que se accede atravesando una gran carpintería de madera y vidrio incluida en un vano con un arco de medio punto. Este vestíbulo, que hace las veces de nártex, es un espacio de transición que anuncia procesionalmente la llegada al ámbito central, de base octogonal, de unos ocho metros de diámetro y con doble altura, al que abren todos los espacios subsidiarios que lo rodean, cual capillas absidiales.
Los muros son de ladrillos comunes con aparejo belga, revestidos en el exterior con un revoque simil piedra simulando sillares trabados. Los paramentos interiores tienen un revoque a la cal. Todas las carpinterías son de madera, lo mismo que las barandas de la galería y la compleja estructura de la cubierta con tejas marsellesas.
En el exterior Victoriano es muy llamativo el movimiento de sus techos a varias aguas, con una aguja de remate y cuidados elementos decorativos en los bordes, igual que en las columnas y vigas de madera.
Hay aberturas lobuladas, para la entrada de luz superior, en cada una de las caras del prisma central, que hace las veces de crucero en una planta de cruz griega.

viernes, 26 de junio de 2020

LA CASONA DEL SR. THAYS Y FAMILIA



Av. Santa Fe 3951
Jordán Czeslaw Wysocki
1881

El Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires fue inaugurado el 7 de septiembre de 1898. Entre sus atractivos se encuentra el invernáculo de treinta y cinco metros de largo por ocho de ancho, estilo art Nouveau, comprado a Francia y premiado en la Exposición Internacional de París de 1889. También goza de importancia la columna meteorológica donada por la comunidad austro-húngara con motivo del centenario de la Revolución de Mayo. Cuenta, además, con importantes obras escultóricas dentro de sus casi ocho hectáreas, que colaboran a crear este lugar apacible y placentero, increíblemente diseñado por el arquitecto y paisajista Carlos Thays, que vivió aquí con su familia, desde 1892 hasta 1898, como director de la Institución.
La casa que habitó es la que había sido proyectada, a pedido del presidente Sarmiento, por el Ingeniero militar de origen polaco nacionalizado argentino, Jordán Wysocki, durante el año 1881, para ser sede del Departamento Nacional de Agricultura. Fue restaurada en el año 2007, para que continuara funcionando allí, hasta hoy, la administración del Jardín Botánico, respetando el diseño original.
El edificio proyectado con sótano, planta baja y planta alta se inscribe dentro de una planta rectangular de diecinueve metros y medio por once metros y medio, con cuatro torres octogonales en sus ángulos. En una de ellas (la septentrional) se aloja una escalera helicoidal que, girando en sentido antihorario, va uniendo los diferentes niveles. Las dos torres del SO (fachada de la Av. Santa Fe) culminaban en sendas cúpulas, probablemente metálicas con aguja superior, según exhibe el plano original.
En la planta baja había seis amplias salas y en el piso alto, cuatro habitaciones comunicadas entre sí.
Salvo dos muros divisores interiores de treinta, el resto de la mampostería de ladrillos es portante, con cuarenta y cinco centímetros de espesor en la PB y treinta en la PA, permitiendo luces de apoyo, para el entrepiso, que no superan los cinco metros. La altura total del edificio es de doce metros con cincuenta centímetros.
La envolvente contínua, prolijamente ejecutada con un aparejo belga de ladrillos rojos con junta enrasada blanca, se desenvuelve en todo el perímetro creando relieves variados como cornisas, guardapolvos, óculos ciegos, barandas y hornacinas, sin cambiar de material en ningún caso.
Las aberturas contienen carpinterías de madera pintada y vidrio repartido, con dos hojas de abrir, en su mayoría con arco rebajado y algunas adinteladas.
Es posible suponer que la imagen que nos muestra este edificio sea el resultado de la formación castrense de Jordán Wysocki, sumada a su vasta experiencia en la construcción de infraestructura para los ferrocarriles.

martes, 16 de junio de 2020

EL MENSAJE SECRETO QUE ARTURO PRINS DEJÓ EN BERUTI 3837



Beruti 3837
Arq./Ing. Arturo Prins
1925

La verja del Jardín Botánico interrumpe la calle Beruti, con amable complicidad, para detener al viandante distraído que no hubiera escuchado el canto de esta magnífica casa de renta que, a escasos setenta metros de ella, juega un papel protagónico, destacándose del contexto con distinguida presencia.
Vale aquí parafrasear a Paul Valery cuando dice “hay edificios mudos, otros que hablan y unos, los más raros, que cantan”.
La puerta de entrada es de hierro con dos hojas de vidrio transparente y hierro cual encaje sugerente, invitando a espiar y penetrar. Por detrás de ella arranca un largo pasillo que conduce a los diez departamentos de vivienda de la planta baja y a las escaleras que por la izquierda conducen a los otros diez de la planta alta. En el recorrido se suceden escalones, puertas acristaladas de madera y patios a diestra y siniestra que permiten la iluminación y ventilación de cada uno de los departamentos. Todo esto dentro de un terreno, casi trapecial, que tiene cerca de veintiséis metros de ancho y una profundidad que supera los cincuenta metros.
Una fachada, con clara influencia del Barroco Eduardiano, sin caprichos, sino con una simetría rigurosa y una diferenciación expresiva de cada nivel, que anuncia la organización funcional interior.
La planta baja se apoya en un zócalo de piedra sedimentaria. Por encima balaustradas que coinciden con los balcones enrasados, almohadillados en todo el ancho, vanos con arcos de medio punto para todas las aberturas.
En la planta alta se desvanece el revoque para mostrar la verdad desnuda del muro de ladrillos de treinta, con junta tomada y aparejo holandés. Los balcones vuelan levemente, con modillones inferiores con volutas decididamente barrocas y barandas de hierro. Los vanos son adintelados con frontis alternadamente rectos y curvos.
Las puertas-ventana son de dos hojas de abrir de madera, pintadas de blanco, con cristales repartidos, banderolas y persianas metálicas.
La transición entre los almohadillados y la mampostería se resuelve con una ondulante sucesión de motivos vegetales dominados por mascarones con la cara de Heracles (Hércules), mirando hacia su izquierda, hasta siete veces, por debajo de los balcones y cubriendo parcialmente la dovela principal de los arcos de la planta baja. Es muy curiosa la elección de esta figura mítica, lo mismo que su actitud. ¿Qué habrá querido transmitirnos este proyectista uruguayo nacionalizado argentino? Porque todo lo que un arquitecto quiere decir lo escribe en sus obras, sólo hay que saber descifrarlas
El remate de la fachada se materializa con una cornisa contínua, que parece mantener levantado el telón para que sigamos disfrutando del espectáculo.

viernes, 12 de junio de 2020

DESDE EL CIELO, NUESTRA SEÑORA DE LORETO, PATRONA DE LA AVIACIÓN.



Av. Coronel Díaz 2222 Esq. Juncal
Arq. Oscar Benito Burelli
1993

A partir de los cambios litúrgicos establecidos por el Concilio Vaticano II (1962/1965) el espacio eclesiástico comenzó a pensarse de otra manera. La reunión de los fieles alrededor del altar alteró la organización tradicional del templo, observada durante siglos. Además, la planta cruciforme con el ábside mirando hacia oriente ya no era posible, hacía tiempo, dentro de la trama urbana y la tecnología permitió adaptarse a las nuevas necesidades funcionales.
Ésta es una de las últimas iglesias construidas como sede parroquial en la ciudad de Buenos Aires. Se ubica en un predio casi rectangular de 4.170 m2 que fue cedido, para esa finalidad, por la entonces municipalidad de la Ciudad, en la esquina meridional del predio que ocupaba la antigua cárcel y que hoy es la Plaza Las Heras, de casi 12 has.
El conjunto consta de varios edificios exentos, ordenados por una trama ortogonal dictada por los dos límites parcelarios posteriores. Entre ellos el templo sobresale por su ubicación central, por su elevación sobre el nivel de la vereda y, sobre todo, por una llamativa cubierta, de hormigón armado, de gran vigor expresivo. Todas las partes se perciben como un conjunto gracias tener un mismo lenguaje constructivo que se asemeja al de la escuela lindera, separada por un pasaje peatonal que terminó siendo el único acceso a la plaza desde Juncal: Ladrillo a la vista con junta enrasada y estructura de hormigón armado parcialmente mostrada.
La planta del templo se organiza dentro de un cuadrado de 28 metros de lado que, al faltarle un vértice, permite acceder desde la esquina. Un cuadrado igual, girado 45° y superpuesto al anterior, genera las sacristías, una capilla y la santería.
Las veredas de ambas calles se funden en un atrio que avanza hasta encontrar cinco escalones que elevan la terraza de acceso que precede al nártex. Una vez en el interior se vuelve a bajar. La diagonal del cuadrado generador, que une el acceso con el altar, hace las veces de eje de simetría que organiza la cubierta radial con vigas como nervios que convergen y van subiendo sobre el altar, para acentuar el dramatismo hacia el lugar de mayor importancia. Este efecto que se vive en el interior, también se expresa en el exterior.
El espacio interno es austero y con entradas de luz controladas. Los bancos de madera se organizan de acuerdo a la geometría de la planta. El altar se eleva sobre una tarima cuatro escalones por encima de un solado general sin pendiente.
En el amplio atrio, que se confunde con la vereda, se eleva, por encima de todo, una torre solitaria de hormigón visto, con cuatro patas que sostienen un volumen con una cruz calada en cada una de las cuatro caras y dos campanas al tope.


viernes, 5 de junio de 2020

LIBERTADOR Y LAFINUR O CÓMO DOBLAR LA ESQUINA


Av. Del Libertador 3080 esq. Lafinur
Sánchez, Lagos, de la Torre
1937

Ya habían terminado el Kavanagh y ya habían abandonado el pintoresquismo de su primera época, para incursionar de lleno en el movimiento moderno, manifestándose con vigor en esta esquina, con una inocultable influencia del expresionismo alemán. Los rehundidos de las terrazas, con su sombra, favorecen el avance a un primer plano de las cintas curvadas que le dan al conjunto una fuerza expresiva que los edificios circundantes sólo pueden acompañar. Los llenos y los vacíos de igual altura, refuerzan la dirección horizontal de las cintas que, con un hábil y amable giro de baile, señalan el encuentro entre las dos calles y expresan la manera en que el volumen edilicio rodea y conforma el patio interior. La gruesa línea contínua de los balcones se continúa como gruesa línea punteada gracias a la sucesión de las ventanas. El edificio, con vocación normativa, se plantó en esa esquina indicando cómo debería seguirse construyendo la manzana y sin embargo se quedó solo, anunciando los nuevos postulados: Planta baja libre con pilotes (los dos locales comerciales son un agregado posterior), cubierta horizontal, fachada independiente de la estructura, aventanamientos corridos, revoques blancos y lisos sin ornamentos.
Fue construido como edificio multifamiliar de viviendas para la renta. La planta baja era ocupada solamente por un hall de entrada vidriado conectado con el jardín interior, que permite acceder a los dos ascensores principales y a la escalera y el ascensor de servicio. Además, tiene cinco pisos iguales y dos subsuelos con cocheras y sala de máquinas con aire acondicionado central frío/calor. La planta tipo en forma de “L” y de unos 500 m2 totales, tiene dos departamentos, uno de 240 m2 y el otro de 180 m2 aproximadamente, con palier privado cada uno. La mayoría de los ambientes principales están ubicados sobre el perímetro exterior y los de servicio hacia el patio interior, permitiendo la ventilación cruzada.
Aprovechando su orientación hacia el norte y su ubicación frente al parque, con el objeto de atrapar el paisaje aumentando el asoleamiento y las vistas a los bosques de Palermo, los proyectistas redujeron la altura de los antepechos de las ventanas y las barandas de los balcones unificándolos en 68 cm, suplementándola con una barandilla náutica de tubo pintado para lograr la altura de 96 cm necesaria, como sutil dibujo que acompaña la forma de la fachada.
En síntesis, un edificio con todas las comodidades y los adelantos técnicos que proponía la vida moderna y con la austeridad formal característica del racionalismo que venía imponiéndose.

jueves, 28 de mayo de 2020

ENTRECHOCAR DE OLAS CON VALOR AGREGADO

Ugarteche 3370
Ing. Antonio Ubaldo Vilar
1926/1928

Éste es un edificio de vivienda colectiva para la renta construido en un período en que los departamentos eran requeridos por una clase media que se encontraba en decidida expansión, mientras el aumento del valor de los terrenos colaboraba en el impulso que tuvo la proliferación de estos departamentos y las elites porteñas miraban las nuevas expresiones del arte en general y de la arquitectura en particular como una manera de acceder a la modernidad.
Vilar, venido de la Plata, se estableció en Buenos Aires y construyó para sí mismo este edificio en la calle Ugarteche, casi Libertador, donde ocupó los dos últimos pisos para ser utilizados como su vivienda y su estudio.
Cuando Le Corbusier llegó a Buenos Aires en 1929, visitó la casa-estudio de Vilar y desde la terraza descubrió el Río de la Plata, cuya vista inspiraría todos sus proyectos porteños. (El edificio que actualmente ocupa la esquina de Libertador no existía y en su lugar había una casa que permitía la visión del Río). En “Précisions”, Le Corbusier, menciona a Ugarteche 3370 como al “pequeño rascacielos”.
El primer desafío del proyectista fue poder desarrollar un programa de vivienda multifamiliar dentro de un terreno muy angosto (8,50metros) y con una profundidad de casi diecinueve metros. Utilizó toda la superficie de la parcela, teniendo que recurrir a dos patios de aire-luz y una planta tipo con espacios integrables con flexibilidad de uso. Las áreas de servicio fueron ubicadas en el contrafrente, con circulación y acceso diferenciado. El dormitorio principal, al frente, se integra y separa de la sala mediante puertas corredizas embutidas y tiene una “cama camera Murphy”, según descripción de la época. Este ambiente tiene una “bow-window” al frente que le permite, más que atrapar la luz aumentando la superficie vidriada, como hacen los ingleses, favorecer las visuales al Parque y al Río, dando una mayor sensación de amplitud interior y aumentando realmente la superficie volando sobre el espacio público.
La fachada inicia su discurso de manera clásica: Basamento, fuste y remate. Un revestimiento de travertino y la no alineación de las aberturas de la PB con el resto, resaltan y distinguen este nivel.
La estrechez del terreno no le permitió al autor el uso de ventanas apaisadas y corridas, como ya venía utilizando en otras obras. Apela al pliegue facetado que proponen las ventanas-arco, remitiendo al Art Decó, rompiendo la simetría y exagerando la verticalidad, en un frente despojado de ornamentos, como resultado de un cambio en la sensibilidad estética de una postguerra anti academicista.
Sótano, planta baja y terraza con servicios comunes, aspectos funcionales de la modernidad, más ocho plantas iguales con un departamento por piso, salvo el noveno que es diferente.
La pérgola de la terraza favorece la transición contrastante entre el volumen compacto del edificio y la inmaterialidad del cielo.
      Esta obra es un punto de inflexión para Vilar que va a abandonar experiencias anteriores, para entrar decididamente en el movimiento moderno con un lenguaje maduro.

martes, 5 de mayo de 2020

ASOCIACIÓN PSICOANALÍTICA DE BUENOS AIRES - APdeBA



Maure 1850
Urgell, Fazio, Hernaez, Arqs. / Carnicer, Labeur, Arqs. / Gloria Heiber, Arqta
1990

Como resultado de un concurso privado de anteproyectos, organizado por la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, un antiguo taller metalúrgico devino en un edificio para ser la sede de esta asociación que nuclea a gran parte de los psicoanalistas de BA. La construcción original fue ampliada y remodelada para adaptarse a la nueva función, pero aludiendo, con un nuevo lenguaje, su pasado fabril. Expresa una memoria tranquila que no altera al vecindario de este rincón de Palermo. Se manifiesta al exterior con un predominio de muros de ladrillos enrasados, con diferentes aparejos, formando guardas y relieves en un elaborado trabajo, ejecutado con la misma atención que le prestaban los ingleses, pero de una manera nueva.
El edificio se recuesta sobre gran parte del muro lindero nororiental, separándose del resto de ellos para quedar rodeado de jardines.
La idea de partido, consiste en un patio central, con triple altura y luz cenital, que funciona como núcleo concentrador de las actividades comunitarias, alrededor del cual se subordinan todos los locales en forma de claustro.
Desde la vía pública se accede a través de un espacio de transición abierto y amable que funciona como atrio.
En el subsuelo hay un auditorio con butacas para unas 250 personas. La planta baja alberga la recepción, el bar, la administración y el jardín, con una lograda continuidad con el interior. Los dos pisos superiores tienen aulas de distintos tamaños, siendo algunas de ellas integrables y divisibles, dando gran flexibilidad a la actividad académica. La biblioteca se encuentra en el último piso, en el lugar más elevado, con salida a una terraza exterior.
En las divisiones interiores predominan los paños vidriados, favoreciendo y estimulando la participación y la integración, evitando los compartimientos estancos, alcanzando dar una idea de unidad. La circulación es a través de puentes, escaleras y un ascensor exento. Todos estos elementos metálicos y transparentes, parecen atravesar el espacio central con sutileza y sin interferir en la sensación de unidad buscada por los proyectistas. Las distintas instalaciones atraviesan el espacio expresando su función con diferencias cromáticas.
Se han reutilizado carpinterías y herrerías de la construcción original, desarrollando una estética austera y de bajo costo. El ambiente es moderno y fabril, consiguiendo relacionar el presente con el pasado, mirando al futuro.

domingo, 5 de abril de 2020

MERCADO MUNICIPAL LAS HERAS



Pasaje Monseñor Zaspe Esq. Salguero y Cabello

1880?

El Pasaje Monseñor Zaspe, anteriormente llamado El Lazo y antiguamente conocido como La Rinconada, no es exactamente un pasaje sino una calle sin salida, que se introduce en la manzana a manera de continuación de la calle Jerónimo Salguero. Esta penetración circulatoria deforma la manzana, conformando una península que es una parcela ocupada en su totalidad por un edificio de planta casi rectangular de 40 x 16 metros aproximadamente, cuyo eje mayor se alinea paralelamente a Salguero. Para alcanzar la esquina, el volumen edilicio se desprende de las aristas y se suaviza acompañando la curva de la vereda, por un lado y reconstruyendo la simetría, por el otro.
El sistema constructivo es el típico, en esa época, para la ejecución de mercados. Una estructura metálica remachada, de planta abierta sosteniendo una cubierta liviana para proteger la actividad propia del mercado que es el intercambio comercial. La cubierta a cuatro aguas tiene una claraboya alargada, en coincidencia con la cumbrera, que permite la ventilación y la iluminación cenital. Sin canaletas, todo su perímetro tiene una cenefa decorativa de cinc. En su interior el cielorraso superior es un machihembrado de madera pintada, que acompaña la geometría y las pendientes de la cubierta, dejando a la vista la estructura sustentante.
Tiene un entrepiso que ocupa la totalidad de la planta en la mitad de su altura.
Este sector de Palermo era de casas con no más de dos plantas, en la parte baja de Palermo, cercana a la barranca donde estaba la penitenciaría que hoy es la plaza Las Heras. Se dice que era una zona marginal frecuentado por personajes de dudosa moral.
Un rincón evocador de una ciudad que supo combinar el pasado con un cambio constante hacia un futuro desconocido.
En más de un siglo la zona se fue transformando y el edificio del antiguo mercado fue albergando diferentes actividades, conservando su estructura y su morfología. Habla bien del proyecto esta flexibilidad o capacidad para adaptarse a los cambios.
La actividad comercial se transformó atomizándose en diversos locales perimetrales con frente vidriado. Si bien los paños de vidrio resolvieron la seguridad y la climatización, conservando la integración y continuidad visual original entre el interior y el exterior, la mayor parte de ellos fueron pintados o cubiertos, desvirtuando su esencia que es la transparencia. Hoy la esquina se percibe como un volumen cerrado y desintegrado de la vida barrial.

lunes, 30 de marzo de 2020

ALTO PALERMO PLAZA & PARK



Juncal 3220/3280
Urgel, Fazio, Penedo, Urgel
Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Salaberry
1993/1997

Parecen iguales, pero no lo son. Los proyectistas lograron hábilmente darle esa imagen de unidad al conjunto, haciéndolas parecer iguales a simple vista, aunque no lo sean. Dos parece ser la cantidad adecuada. Una hubiera sido poco y tres habría sido mucho.
Ninguna torre en BA alcanza la calidad del remate que tienen éstas, logrando una muy buena transición entre la masa del fuste y el cielo. Podría encontrarse allí una alusión al del edificio de Corina Kavanagh Lynch frente a la Plaza San Martín.
 Los balcones de aluminio aligeran la dureza del hormigón visto, contrastando en forma y textura. El giro de treinta y sesenta grados de sus plantas, favoreciendo la orientación de todos los ambientes, se expresa en el exterior con la riqueza formal de su ortogonalidad rota.
Por la noche, la iluminación diseñada por Theo Kondos resalta las diferencias cromáticas de los volúmenes, agregando una magia inesperada al conjunto.
En esta obra los proyectistas proponen una solución audaz al problema de las torres para vivienda, rompiendo la morfología acostumbrada, enriqueciendo la ciudad con un hito fácilmente identificable. Se distingue gracias a su volumen contundente, reforzado por su ubicación que juega con el contexto, visuales con percepciones diversas desde el entorno, proporciones equilibradas y tensión entre las torres.
Ambas tienen un gran hall de acceso con doble altura y materiales que refuerzan la idea de suntuosidad de un gran hotel. Sus paredes de vidrio desmaterializan los límites entre el interior y el exterior, entusiasmándolo a participar del jardín que ocupa la totalidad de la parcela de 6.136m2.
Al igual que la plaza de enfrente, que oculta los muros de la antigua cárcel, esta obra esconde dos subsuelos de cocheras y múltiples espacios de actividades comunes. Por encima de esa vida subterránea hay un jardín apenas pisado por columnas, cumpliendo con los deseos de la arquitectura moderna.
Marcan tendencia inaugurando un nuevo estilo de edificios de vivienda con gusto por el uso de los espacios comunes dentro del complejo por parte de sus habitantes.
Si bien formalmente son novedosas, la organización funcional de las plantas es clásica y conservadora, manteniendo una clara diferenciación entre lo público, lo privado y los servicios. Todas las superficies son generosas y la altura de los locales habitables es superior al mínimo exigido.


viernes, 20 de marzo de 2020

HOMENAJE A UN MAESTRO: KEVIN LYNCH



“En el desarrollo de la imagen, la educación para ver tendrá tanta importancia como la remodelación de lo que se ve."
"Un arte muy desarrollado del diseño urbano está ligado a la creación de un auditorio crítico y atento. Si el arte y el auditorio se desarrollan al mismo tiempo, nuestras ciudades constituirán una causa de regocijo cotidiano para sus millones de habitantes.”

Kevin Andrew Lynch

Acabo de re leer “La imagen de la ciudad” de Kevin Lynch, después de cuarenta y siete años. Sin duda la lectura no fue la misma que hice en aquél entonces, cuando estaba estudiando arquitectura. Lo disfruté otra vez, subrayando nuevos párrafos que volvían a entusiasmarme con el pensamiento de KL respecto a la ciudad. Esto viene a confirmar la vigencia del texto, cuya primera edición es de 1960.
KL nació en 1918 en el seno de una familia irlandesa de Chicago. Su formación comenzó en la escuela Francis Parker, dentro de un ambiente académico que le resultó muy estimulante y formativo, despertándosele en séptimo grado su interés por la arquitectura. Pasó por Yale, luego estuvo un año y medio en Taliesin con Frank Lloyd Wright. En el RPI se recibió de ingeniero y continuó planificación urbana en el MIT.

jueves, 27 de febrero de 2020

LA COLORADA Y SU ENIGMÁTICO ARQUITECTO ITINERANTE



La Colorada es un edificio residencial, ubicado en la esquina de Cabello y República Árabe Siria, en el barrio de Palermo, en Buenos Aires.
Fue proyectado y construido por el ingeniero-arquitecto británico Regis Pigeon en 1911, en un terreno de su propiedad. al poco tiempo de inaugurada su obra, comenzó a alquilar los departamentos a directivos de las empresas ferroviarias inglesas que trabajaban en el país, sobre todo del Ferrocarril Central Argentino que funcionaba desde 1909. Dos décadas después, el edificio fue adquirido por la familia Mitre (por eso también es conocido como Palacio Mitre) quien en 1953 realizó la subdivisión para revender las 20 unidades de forma separada.
Se debe su nombre a que posee una fachada construida totalmente con ladrillos rojos, con relieves ornamentales y texturas diferentes. El plano de la fachada, con sus llenos y vacíos, se desliza envolviendo el volumen de manera contínua. La esquina se enfatiza con un coronamiento ejecutado con los mismos ladrillos con junta tomada.
El acceso por Cabello se protege con una marquesina de hierro y vidrio. Tiene un estilo neoclásico inglés poco común en Buenos Aires. La estructura portante es de hierro. Este diseño, completamente británico, fue ejecutado con materiales que fueron traídos desde el Reino Unido.
El edificio cuenta con un subsuelo, planta baja y cuatro pisos de departamentos. El sótano era originalmente el lugar donde se encontraban las piezas de servicio, con ventanas altas al nivel de la vereda. Más tarde estas habitaciones se transformaron en bauleras.
La circulación vertical se realiza por un ascensor principal que sale del centro del hall, dentro de un pasadizo de reja, rodeado por una escalera compensada de mármol blanco, que asciende en sentido horario. El ascensor es Roux-Combalusier, igual que los de la Torre Eiffel y la Casa Rosada, con coche de hierro, madera, bronce y cristales biselados. Hay dos ascensores secundarios. También una extraordinaria claraboya central por donde la luz solar ilumina de tal modo el interior que hay luz natural hasta tarde, según la estación. En junio de 2006 la claraboya fue destrozada por una tormenta de granizo y debió ser restaurada.
Se menciona que, más tarde, Pigeon construyó un edificio idéntico en la ciudad de Boston Massachusetts, pero no encontré datos que permitan confirmar la veracidad de esta información. Sí construyó edificios de estas características en México, pero no es posible hallar mucha información de este enigmático arquitecto itinerante.