Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

viernes, 31 de diciembre de 2010

EL PIZARRÓN Y LA PARED

¿Qué es el pizarrón sino esa porción de pared donde se puede escribir, donde es permitido hacerlo. De la infinita cantidad de kilómetros cuadrados de paredes construidas, solo esa y solo esa es la que tiene la autorización.
La prohibición la dicta el marco. Ese límite que abre una porción minúscula dentro del universo de superficies existentes. Es como el arco de fútbol, la pelota que pasa dentro de ese límite de 7,32 por 2,44 determina un gol, desde allí al infinito no lo es.
Esta limitación a veces provoca el deseo de transgredirla escribiendo fuera de la frontera impuesta que separa lo permitido de lo prohibido. Fuera de ella se expresa la oposición a lo establecido.
La tipografía no es la misma dentro del marco que fuera de él.
Más importante que la superficie en sí misma es ese borde que llamamos marco y que puede no estar materializado, no tener espesor ni ser de ningún material pero, aunque no se vea ni se pueda tocar, existe. Está allí, donde termina lo permitido.
La Escuela entrena a escribir dentro del marco, con determinada letra en determinados momentos y por determinadas personas. (El maestro o el alumno designado)
Lo escrito en el resto de las superficies existentes pertenece a lo incontrolable a lo espontáneo a lo no pensado a lo que a veces no gusta. A lo que es necesario ocultar porque se opone a lo institucional.
¿Dónde está el lapsus, el gesto inconciente? Miro debajo de la alfombra o fuera del marco y encuentro lo que se quiso esconder y no mostrar
Fondo y figura. Veo lo que quiero ver o lo que puedo. Ver solo dentro del marco, negando el resto, es conocer parcialmente la realidad. Es muy limitada la mirada, limitándola a lo inscripto dentro del marco. Como se verá estamos ante algo como lo conciente y lo inconciente. Quiero hurgar en lo escondido, lo que me ocultan lo que está bajo la alfombra lo que pintaron o lo que no quieren que se escriba pinte o se vea , eso que se escapa por todos lados y ya no se puede controlar. Lo que no se entiende porque no se sabe leer.
Tradicionalmente el pizarrón se encontraba al frente, porque el aula tenía una sola dirección y un solo sentido, que era desde donde se impartía el conocimiento.
Hoy las tarimas desaparecieron y las superficies enmarcadas comenzaron a distribuirse por las otras paredes, dentro y fuera del aula.
Necesidad del marco para la educación sistemática. Necesidad de ordenar las ideas dentro de un límite. Mientras escribo lo hago dentro de una pagina (sustento material) y rescato ideas dentro de un universo desordenado de ellas. Las elijo, estrujo y amaso. Extrusión.
La necesaria limitación de la libertad contra el caos sin caer en el autoritarismo. El orden expresado por el marco ayuda al maestro a establecer esas fronteras, a conocerlas y hacerlas conocer. A transmitir permitiendo aprender de lo dicho pero por sobre todo de lo experimentado, lo no dicho o dicho de otra manera. Abriendo los ojos a otra dimensión del conocimiento, a mirar el contexto de otra manera y desarrollar la capacidad crítica de los educandos.

sábado, 4 de diciembre de 2010

ALUMNOS EN FUGA

Había una vez un terreno donde se construyó una cárcel.
Pasados los años se demolió la cárcel y quedó una plaza.
Con un poco más de tiempo alguien pensó que ese era el mejor lugar para ubicar una escuela que estuviera rodeada de espacios abiertos, para que el edificio escolar en esa relación fluida con ese entorno pudiera transmitir valores como la libertad, paradójicamente al sentido de la antigua construcción demolida.
Hoy las bases enterradas de los muros olvidados, volvieron a crecer rodeando la escuela.

REFLEXIONES SOBRE EL MURO


Curiosamente los que inventaron los ladrillos son los mismos que desarrollaron el alfabeto. Pasaron del ideograma a la escritura cuneiforme que representaba sonidos que debidamente combinados expresaban diferentes ideas. Maravillosa evolución que hoy nos permite combinar signos, sonidos, formas para expresar pensamientos complejos.
Escritura y muro. Construcción e ideas.
El vacío y el lleno la paradoja histórica de la pared.
La construcción y la demolición. El muro de Berlín, la muralla de Adriano, la Muralla China, Palestina. Siempre lo mismo, el miedo, la protección y la contención. Cárceles y corrales. Siempre separar, nunca integrar.
La contundencia del muro evita la huida y el acceso. Da privacidad, limita y encierra. De nuevo el miedo.

viernes, 3 de diciembre de 2010

URGENCIA Y PREVENCIÓN EDILICIA

Los problemas pueden clasificarse como esenciales, importantes y accesorios.

Saber distinguir y poder clasificar los problemas es el gran primer paso para su solución. El segundo es la organización y la planificación para la resolución. En esta etapa se evalúan los daños en relación con su importancia y teniendo en cuenta los medios disponibles para su solución, organizando la tarea en el tiempo. (Cronograma de obras e inversiones). ¿Sobre la base de qué parámetros se define la importancia del problema para establecer su gravedad?

¿Qué es lo que hace que cualquier cosa pase a ser urgente? Todo aquello que no permite el desarrollo de la función principal para la que fue pensada y ejecutada o afecte a la integridad psico-física de los usuarios.
La urgencia desatada cambia la dimensión de cualquier problema, transformándolo y haciéndole abandonar instantáneamente cualquiera de las categorías mencionadas a las que perteneciera. Cuando el problema entra en esta categoría, se transforma en tirano y exige su resolución inmediatamente, no admitiendo la reflexión. Ante la tragedia nadie discute. Cualquier solución planificada con tiempo (mantenimiento preventivo) hubiera sido mejor y más económica. Se hubiera evitado la emergencia, los accidentes, los mayores deterioros y se habría encontrado la mejor solución. ¿Por qué nos toma por sorpresa? ¿Hasta cuando se va a seguir aprendiendo de las tragedias? Sabiendo que es posible diagnosticar las patologías edilicias y evaluar su importancia, teniendo en cuenta su magnitud, urgencia, posible solución, su costo y tiempo para resolverlas. Los signos están. El primer paso sabio es llamar al especialista, al profesional que sabe leerlos, entenderlos como síntomas y luego poder elaborar un diagnóstico adecuado, que devendrá en las reparaciones y ajustes necesarios para prevenir la tragedia.

MANTENIMIENTO Y CONSERVACIÓN

El mantenimiento es la lucha constante del hombre por prolongar la vida útil de los edificios, en esa natural búsqueda de la eternidad a través de sus obras. Siempre tuvo la arquitectura, incluida en su esencia, un deseo de permanencia, el concepto implícito de que se proyecta y se construye para siempre. Los edificios no son descartables, se los piensa para siempre. Se construye para perdurar. Para ello se buscan materiales que hagan sobrevivir al edificio a la vida del constructor, superando el envejecimiento que produce el natural paso del tiempo. En esta idea original (que estaba en el origen) se encuentra sumergido el pensamiento de la reducción del mantenimiento, construyendo con materiales nobles.
Hay un viejo axioma que proclama que el mayor costo inicial de una obra, dirigido a reducir el costo de mantenimiento, debe ser bienvenido. Este concepto económico es importantísimo porque los valores iniciales son acotados y manejables, en cambio los de mantenimiento pueden ser incontrolables, además de acompañarnos durante todos los meses y años de la vida del edificio, sabiendo sí que irán en aumento por envejecimiento pero desconocimiendo la capacidad de pago futura del propietario. A estas incertidumbres se suman las variables que sufren las economías en nuestro medio.
La arquitectura efímera es la excepción. Ésta es las que se proyecta para durar un tiempo limitado. En este caso también existe el concepto ya enunciado de mantenimiento, dado que puede aparecer la necesidad de conservar o reparar algunos elementos de este otro tipo de obra construida.
La historia nos demuestra que muchos edificios pensados para durar, tuvieron una vida corta (Albergue Warnes) y paradójicamente otras construcciones proyectadas para ser desarmadas con fecha cierta, continúan dando signos de buena salud hasta la eternidad (Torre Eiffel).