Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

lunes, 12 de abril de 2021

INSTITUTO SUPERIOR DEL PROFESORADO DE EDUCACIÓN INICIAL “SARA CHAMBERLAIN DE ECCLESTON” - LA MÁQUINA DE EDUCAR

Dorrego 3723

Arq. Adolfo Storni

1974

Sobre el boulevard de la Avenida Dorrego y compartiendo, con el Jardín de Infantes Mitre, una gran parcela verde, de 14.637 m2, surge, asomándose por detrás de los árboles, el Profesorado de Educación Inicial “Sara Chamberlain de Eccleston”, institución creada en 1939 en la antigua Quinta Unzué. Este edificio fue construido en 1974 por el Ministerio de Educación de la Nación, con la supervisión de la Dirección General de Arquitectura Escolar (DIGAE) para cumplir específicamente con la actividad que hoy continúa desarrollando.
Se trata de una arquitectura desprovista de ornamentos en la que nada es superfluo y nada se oculta o disimula, recurriendo a lo estrictamente utilitario. Cada elemento componente del edificio cumple su función y así lo expresa con contundencia y sin grandilocuencia. El discurso es tranquilo y de formas puras. La construcción se conforma por una caja de planta rectangular exenta, retirada seis metros de la línea oficial y con un acceso vidriado elevado unos cincuenta centímetros sobre el nivel de la vereda. La planta es el resultado de una rigurosa planificación, organizada dentro de una trama modular de 7,20 m por 7,20 m, que se manifiesta en todos los elementos componentes. Paradójicamente, esta aparente rigidez le da, al edificio, una gran libertad. La estructura sustentante, de hormigón armado, es abierta, favoreciendo la flexibilidad en el uso de los espacios y sus variaciones dimensionales. Esta concepción da permiso al edificio para acompañar, sin esfuerzos, los cambios pedagógicos que surgieran a través del tiempo, facilitando, también, los futuros posibles crecimientos.
Predominan, en el conjunto, las líneas horizontales, acentuadas por los vanos corridos que contienen a las carpinterías, con ventanas metálicas de proyección y banderola. Estos aventanamientos son muy adecuados para obtener una necesaria ventilación cruzada, el ingreso de la luz natural y la sensación, desde el interior, de formar parte del paisaje circundante. Esta experiencia de relación con el entorno no es sólo visual, dado que alumnos y profesores comparten el uso de los espacios exteriores.
Los muros, que son de simple cerramiento, muestran, en los espacios interiores, los elementos mampuestos que los componen, protegiéndose en el exterior con una piel de piezas cerámicas y en algunos casos con revoque. La estructura de hormigón armado, rítmicamente expresada, quedó a la vista en el interior, apoyándose en el solado de baldosas de escalla cerámica roja de 30 x 30, que se ocupan de dibujar, con trazos sutiles, la grilla sustentante de la modulación proyectual.
Desde el exterior es posible leer en todas sus fachadas la manifestación de su organización interior, confirmando el postulado de que la función hace al órgano.
La idea de partido en ambas plantas consiste en un pasillo organizador central, de cuatro metros de ancho, que recorre las plantas en coincidencia con su eje mayor y nutre a las aulas, distribuyéndolas entre la fachada noroccidental y el contrafrente que mira al sudeste.
Rodeado de una arboleda añosa que resguarda al terreno de los vientos predominantes, la construcción tiene una pisada rectangular de 55 metros, paralelos a la Avenida Dorrego, por 19 metros de ancho.