Juncal 3220/3280
Urgel, Fazio,
Penedo, Urgel
Manteola,
Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Salaberry
1993/1997
Parecen
iguales, pero no lo son. Los proyectistas lograron hábilmente darle esa imagen
de unidad al conjunto, haciéndolas parecer iguales a simple vista, aunque no lo
sean. Dos parece ser la cantidad adecuada. Una hubiera sido poco y tres habría
sido mucho.
Ninguna
torre en BA alcanza la calidad del remate que tienen éstas, logrando una muy
buena transición entre la masa del fuste y el cielo. Podría encontrarse allí
una alusión al del edificio de Corina Kavanagh Lynch frente a la Plaza San Martín.
Los balcones de aluminio aligeran la dureza del hormigón visto, contrastando en forma y textura. El giro de treinta y sesenta grados de sus plantas, favoreciendo la orientación de todos los ambientes, se expresa en el exterior con la riqueza formal de su ortogonalidad rota.
Los balcones de aluminio aligeran la dureza del hormigón visto, contrastando en forma y textura. El giro de treinta y sesenta grados de sus plantas, favoreciendo la orientación de todos los ambientes, se expresa en el exterior con la riqueza formal de su ortogonalidad rota.
Por la
noche, la iluminación diseñada por Theo Kondos resalta las diferencias cromáticas
de los volúmenes, agregando una magia inesperada al conjunto.
En esta
obra los proyectistas proponen una solución audaz al problema de las torres
para vivienda, rompiendo la morfología acostumbrada, enriqueciendo la ciudad con
un hito fácilmente identificable. Se distingue gracias a su volumen
contundente, reforzado por su ubicación que juega con el contexto, visuales con
percepciones diversas desde el entorno, proporciones equilibradas y tensión
entre las torres.
Ambas
tienen un gran hall de acceso con doble altura y materiales que refuerzan la
idea de suntuosidad de un gran hotel. Sus paredes de vidrio desmaterializan los
límites entre el interior y el exterior, entusiasmándolo a participar del
jardín que ocupa la totalidad de la parcela de 6.136m2.
Al igual
que la plaza de enfrente, que oculta los muros de la antigua cárcel, esta obra esconde
dos subsuelos de cocheras y múltiples espacios de actividades comunes. Por
encima de esa vida subterránea hay un jardín apenas pisado por columnas,
cumpliendo con los deseos de la arquitectura moderna.
Marcan
tendencia inaugurando un nuevo estilo de edificios de vivienda con gusto por el
uso de los espacios comunes dentro del complejo por parte de sus habitantes.
Si bien
formalmente son novedosas, la organización funcional de las plantas es clásica
y conservadora, manteniendo una clara diferenciación entre lo público, lo
privado y los servicios. Todas las superficies son generosas y la altura de los
locales habitables es superior al mínimo exigido.