Escuela N° 16 Wenceslao
Posse y Escuela N° 26 Adolfo Van Gelderen
Juncal 3131 y Jerónimo Salguero 2455
Estas dos escuelas forman
parte de lo que fue el único plan de construcción de escuelas primarias y
jardines de infantes a gran escala en la Ciudad de Buenos Aires, lanzado en
1979, luego de que el Estado Nacional transfiriera a la Municipalidad los
establecimientos educativos.
Los proyectos responden a
un único programa de necesidades que se adaptaban a cada terreno, dentro de un
sistema modular de construcción tradicional “in situ”.
El módulo de intercolumnio
utilizado fue de 7,20m por 7,20m, a eje, resultando muy útil para la
sistematización constructiva de todos los elementos componentes, cuyos
detalles, fueron publicados a manera de catálogo.
El edificio es una caja de
ladrillo de media máquina que oficia de piel envolvente contínua, interrumpida solamente
por las líneas de ventanas que cada tanto dejan aparecer elementos de hormigón
armado a la vista que sugieren la estructura sustentante. De esta manera queda
expresada, con toda claridad, la función que cumple, de manera orgánica, cada uno
de los elementos que componen el edificio. Un cuarto componente que aparece en
las fachadas orientadas al este, norte y oeste, por delante de los
aventanamientos, son los parasoles de poliéster reforzado con fibra de vidrio y
estructura de tubos metálicos.
Se desarrollan en tres
plantas, arrancando desde medio nivel abajo. La planta se organiza alrededor de
un SUM que se abre, en uno de sus lados a un patio abierto.
Ambas escuelas son de
perímetro libre y se ubican dentro de la plaza, persiguiendo su integración y
tratando de confundir sus límites, no respetando la línea oficial de fachadas y
devolviendo a la plaza espacios de uso comunitario.
En el interior, todos los
espacios buscan la relación con el exterior, deseando integrar la escuela a la
realidad en que se ubica (el barrio y el mundo) y hacia adentro intentando participar
del resto de la actividad escolar. Las aulas se abrieron visualmente, en forma
innovadora, hacia adentro y hacia afuera, participando y dejando de ser
compartimientos estancos. Las salas de jardín, con sanitarios contiguos compartidos
cada dos salas, gozan de buenas expansiones y cuentan con cerramientos corredizos
que permiten la integración.
Se buscó y se logró una imagen unificadora que hace posible el reconocimiento de los edificios construidos dentro de ese plan.