Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

martes, 31 de julio de 2012

UNA ESQUINA EN BUENOS AIRES

Cuando se cruzan las calles, generalmente se forman las esquinas y en algunas de ellas la ciudad decide su arquitectura.
Por ejemplo, en Azcuénaga y Santa Fe el Banco Nación, con la ayuda de Arturo Prins logró imponer su imagen institucional de robustez y segura solidez bancaria, atemperada con imágenes florales que se sobreponen a la estricta geometría del frontis, mientras los capiteles casi jónicos combaten ferozmente, alineados en ambos frentes.
Domina la esquina con la solemnidad que le da la tradición de los estilos, su ubicación geográfica y la elevación impulsada por los frisos, obligando a los nueve escalones a desplegarse desde la ochava para permitir el ingreso, subiendo al templo que asegura el cuidado de los ahorros.
Una antesala que oficia de nártex garantiza con su transición la salvación del que invierte.
En el interior las cosas no son como se prometían. El espacio se ordena según un eje, que no es el de la bisectriz del acceso, sino que es paralelo a la Avenida Santa Fe. Superado este primer ajuste de orientación espacial, podemos deleitarnos con un bien logrado espacio rodeado de columnas que sostienen un óvalo de luz cenital. 
Lo que sucede abajo no interesa, sin embargo, al volver a la calle, ya nadie es el mismo.

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