Si creemos que la escuela es una suma
de aulas, de la misma manera también podríamos pensar que el pasillo es el
elemento conector que las une y vincula.
Desde esta mirada ingenieril el
pasillo es, simplemente, una vía de circulación que cualquier técnico podría
resolver, como quien juega con un Meccano, organizando funcionalmente los
locales y determinando, para cada uno, las dimensiones mínimas que establecen
los códigos y los manuales. Las medidas surgirán entonces del cálculo de flujo,
como se hace con las tuberías que conducen fluidos. Habiéndonos olvidado, en
este caso, que se trata de un espacio que forma parte de un edificio escolar.
Ya se mencionó en otras oportunidades
sobre cómo en la escuela todos los espacios participan colaborando con la tarea
educativa. Asociación activa que acompaña, estimula, sugiere e invita.
En lugar del monótono y largo pasillo
une-aulas, propongo y me imagino el espacio irregular con bahías y asientos, buena
iluminación natural, colores vitales y visuales al exterior. Paredes diversas,
con carteles y anuncios de interés. Ambientes que inviten a ser recorridos y
disfrutados. Espacios sugerentes de otros con sucesiones inesperadas,
dosificando la sorpresa con lo esperado y terminando en algo que no sea una
pared que se percibe desde el otro extremo. No a la exhibición total y si a lo
sugerido, a la invitación cómplice. Todo esto permitiendo el encuentro, casual
entre compañeros que deben completar una tarea, como para, también, interrogar
al docente con la curiosidad propia del estudiante motivado. La informalidad
del clima planteado, por ejemplo alrededor de la máquina de café, suele ayudar
a apropiarse de los espacios, transformarlos en lugares, con esa sensación de
pertenencia que es esencial para que se establezca la comunión imprescindible dentro
del proceso educativo.
Por el pasillo, sin duda, se circula
porque cumple su función distribuidora y debe servir para la evacuación ágil y
segura en los casos de emergencia, pero en la escuela, institución
sociabilizadora por excelencia, tiene una función agregada que consiste en
fomentar el encuentro dentro de un particular clima.
Los límites de este espacio a veces se esfuman y en las propuestas más modernas tienden a ser virtuales, desapareciendo sus paredes. Los pasillos que solo sirven para circular resultan, económicamente, onerosos, inhibiendo la tan necesaria flexibilidad de usos. Integración y participación espacial son la expresión física del curriculum oculto. Es la metáfora el lenguaje al que el edificio escolar recurre para hablar y transmitir valores.
Los límites de este espacio a veces se esfuman y en las propuestas más modernas tienden a ser virtuales, desapareciendo sus paredes. Los pasillos que solo sirven para circular resultan, económicamente, onerosos, inhibiendo la tan necesaria flexibilidad de usos. Integración y participación espacial son la expresión física del curriculum oculto. Es la metáfora el lenguaje al que el edificio escolar recurre para hablar y transmitir valores.