Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

viernes, 12 de junio de 2020

DESDE EL CIELO, NUESTRA SEÑORA DE LORETO, PATRONA DE LA AVIACIÓN.



Av. Coronel Díaz 2222 Esq. Juncal
Arq. Oscar Benito Burelli
1993

A partir de los cambios litúrgicos establecidos por el Concilio Vaticano II (1962/1965) el espacio eclesiástico comenzó a pensarse de otra manera. La reunión de los fieles alrededor del altar alteró la organización tradicional del templo, observada durante siglos. Además, la planta cruciforme con el ábside mirando hacia oriente ya no era posible, hacía tiempo, dentro de la trama urbana y la tecnología permitió adaptarse a las nuevas necesidades funcionales.
Ésta es una de las últimas iglesias construidas como sede parroquial en la ciudad de Buenos Aires. Se ubica en un predio casi rectangular de 4.170 m2 que fue cedido, para esa finalidad, por la entonces municipalidad de la Ciudad, en la esquina meridional del predio que ocupaba la antigua cárcel y que hoy es la Plaza Las Heras, de casi 12 has.
El conjunto consta de varios edificios exentos, ordenados por una trama ortogonal dictada por los dos límites parcelarios posteriores. Entre ellos el templo sobresale por su ubicación central, por su elevación sobre el nivel de la vereda y, sobre todo, por una llamativa cubierta, de hormigón armado, de gran vigor expresivo. Todas las partes se perciben como un conjunto gracias tener un mismo lenguaje constructivo que se asemeja al de la escuela lindera, separada por un pasaje peatonal que terminó siendo el único acceso a la plaza desde Juncal: Ladrillo a la vista con junta enrasada y estructura de hormigón armado parcialmente mostrada.
La planta del templo se organiza dentro de un cuadrado de 28 metros de lado que, al faltarle un vértice, permite acceder desde la esquina. Un cuadrado igual, girado 45° y superpuesto al anterior, genera las sacristías, una capilla y la santería.
Las veredas de ambas calles se funden en un atrio que avanza hasta encontrar cinco escalones que elevan la terraza de acceso que precede al nártex. Una vez en el interior se vuelve a bajar. La diagonal del cuadrado generador, que une el acceso con el altar, hace las veces de eje de simetría que organiza la cubierta radial con vigas como nervios que convergen y van subiendo sobre el altar, para acentuar el dramatismo hacia el lugar de mayor importancia. Este efecto que se vive en el interior, también se expresa en el exterior.
El espacio interno es austero y con entradas de luz controladas. Los bancos de madera se organizan de acuerdo a la geometría de la planta. El altar se eleva sobre una tarima cuatro escalones por encima de un solado general sin pendiente.
En el amplio atrio, que se confunde con la vereda, se eleva, por encima de todo, una torre solitaria de hormigón visto, con cuatro patas que sostienen un volumen con una cruz calada en cada una de las cuatro caras y dos campanas al tope.


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