Un lugar para la reflexión, donde practicamos la fantasía de lanzar botellas al mar y pensar en voz alta.

jueves, 28 de mayo de 2020

ENTRECHOCAR DE OLAS CON VALOR AGREGADO

Ugarteche 3370
Ing. Antonio Ubaldo Vilar
1926/1928

Éste es un edificio de vivienda colectiva para la renta construido en un período en que los departamentos eran requeridos por una clase media que se encontraba en decidida expansión, mientras el aumento del valor de los terrenos colaboraba en el impulso que tuvo la proliferación de estos departamentos y las elites porteñas miraban las nuevas expresiones del arte en general y de la arquitectura en particular como una manera de acceder a la modernidad.
Vilar, venido de la Plata, se estableció en Buenos Aires y construyó para sí mismo este edificio en la calle Ugarteche, casi Libertador, donde ocupó los dos últimos pisos para ser utilizados como su vivienda y su estudio.
Cuando Le Corbusier llegó a Buenos Aires en 1929, visitó la casa-estudio de Vilar y desde la terraza descubrió el Río de la Plata, cuya vista inspiraría todos sus proyectos porteños. (El edificio que actualmente ocupa la esquina de Libertador no existía y en su lugar había una casa que permitía la visión del Río). En “Précisions”, Le Corbusier, menciona a Ugarteche 3370 como al “pequeño rascacielos”.
El primer desafío del proyectista fue poder desarrollar un programa de vivienda multifamiliar dentro de un terreno muy angosto (8,50metros) y con una profundidad de casi diecinueve metros. Utilizó toda la superficie de la parcela, teniendo que recurrir a dos patios de aire-luz y una planta tipo con espacios integrables con flexibilidad de uso. Las áreas de servicio fueron ubicadas en el contrafrente, con circulación y acceso diferenciado. El dormitorio principal, al frente, se integra y separa de la sala mediante puertas corredizas embutidas y tiene una “cama camera Murphy”, según descripción de la época. Este ambiente tiene una “bow-window” al frente que le permite, más que atrapar la luz aumentando la superficie vidriada, como hacen los ingleses, favorecer las visuales al Parque y al Río, dando una mayor sensación de amplitud interior y aumentando realmente la superficie volando sobre el espacio público.
La fachada inicia su discurso de manera clásica: Basamento, fuste y remate. Un revestimiento de travertino y la no alineación de las aberturas de la PB con el resto, resaltan y distinguen este nivel.
La estrechez del terreno no le permitió al autor el uso de ventanas apaisadas y corridas, como ya venía utilizando en otras obras. Apela al pliegue facetado que proponen las ventanas-arco, remitiendo al Art Decó, rompiendo la simetría y exagerando la verticalidad, en un frente despojado de ornamentos, como resultado de un cambio en la sensibilidad estética de una postguerra anti academicista.
Sótano, planta baja y terraza con servicios comunes, aspectos funcionales de la modernidad, más ocho plantas iguales con un departamento por piso, salvo el noveno que es diferente.
La pérgola de la terraza favorece la transición contrastante entre el volumen compacto del edificio y la inmaterialidad del cielo.
      Esta obra es un punto de inflexión para Vilar que va a abandonar experiencias anteriores, para entrar decididamente en el movimiento moderno con un lenguaje maduro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario