Av. Berro
y Av. Sarmiento (Alt. Av. Figueroa Alcorta 3860) Parque tres de febrero
1874
En los Bosques de Palermo, dentro de la Plaza Sicilia y a orillas del
lago Victoria Ocampo, hay un ex reducto tanguero conocido como El Tambito, que
permanece impúdicamente abandonado desde 2005, cual condenado que espera su
lento final en exhibición pública. Paradójicamente se encuentra dentro de un
área de protección histórica.
Se puede suponer que fue construido a partir del proyecto que
hizo el Ing. Wysocki en 1874 a instancias del presidente Sarmiento, para el
Parque 3 de febrero inaugurado en 1875. Existe un convenio (1877) de
arrendamiento del Sr. Vicente Casares con la Comisión del Parque 3 de Febrero, en
el que se menciona su existencia como kiosco, dentro de un terreno de 40 varas
de frente al este sobre la avenida de las Palmeras (Av. Sarmiento) y 40 varas de
fondo sobre el camino de los Carruajes (Av. Berro), para el expendio de leche
al pie de la vaca. Sin abandonar esta actividad diurna, por la noche fue refugio
de tangueros trasnochados, lugar de duelos y trifulcas, y escenario para
lucimiento de orquestas y cantantes de la entonces ascendente música ciudadana.
A fines del XIX y comienzos del XX, intérpretes, orquestas y parroquianos
recorrían el circuito que pasaba por El Tambito, lo de Hansen ubicado frente al
Planetario y por El Velódromo, detrás de aquél.
Se trata de una construcción ejecutada sobre una plataforma, de
mampostería revocada y con solado de mosaicos graníticos, que la separa unos
120 cm del terreno natural, indudablemente por razones funcionales, dado que se
encuentra en una zona de prevención de riesgo hídrico.
El acceso principal fue previsto desde el bosque, con
orientación SO, por la fachada que mira al lago, opuesta al ex Camino de los
Carruajes, consiguiendo mayor intimidad.
Una escalinata de unos tres metros de ancho, de mármol blanco de
Carrara, invita a subir ocho escalones para alcanzar el nivel de la galería que
abraza parcialmente al edificio. Este espacio semicubierto precede al vestíbulo
interior, al que se accede atravesando una gran carpintería de madera y vidrio
incluida en un vano con un arco de medio punto. Este vestíbulo, que hace las
veces de nártex, es un espacio de transición que anuncia procesionalmente la llegada
al ámbito central, de base octogonal, de unos ocho metros de diámetro y con doble
altura, al que abren todos los espacios subsidiarios que lo rodean, cual
capillas absidiales.
Los muros son de ladrillos comunes con aparejo belga, revestidos
en el exterior con un revoque simil piedra simulando sillares trabados. Los
paramentos interiores tienen un revoque a la cal. Todas las carpinterías son de
madera, lo mismo que las barandas de la galería y la compleja estructura de la
cubierta con tejas marsellesas.
En el exterior Victoriano es muy llamativo el movimiento de sus techos
a varias aguas, con una aguja de remate y cuidados elementos decorativos en los
bordes, igual que en las columnas y vigas de madera.
Hay aberturas lobuladas, para la entrada de luz superior, en
cada una de las caras del prisma central, que hace las veces de crucero en una
planta de cruz griega.